lunes, 11 de febrero de 2008

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN CONTRA LA IMAGINACIÓN

“¿Está la televisión convirtiéndonos en un país de mirones cuya excitación proviene de observar los actos de otros?” Hay pruebas existentes de que la televisión es un importante productor de pasividad, un depresivo de la imaginación, un destructor de la pasión: una droga peligrosa.

¿Qué sucede durante esas horas de ver la televisión? Con independencia de que veamos Malcolm in the middle (a quienes les guste ver esa serie) o “los Simpson”, la señal televisiva en sí paraliza los ojos, inhibe el pensamiento analítico y la memoria sensible, y nos reduce a un estado semiinfantil de dependencia pasiva, análogo al de cualquier forma de drogadicción.

En Cuatro argumentos para la eliminación de la TV, Jerry Mander (miembro principal del Public Media Center, director de Programas de la Foundation for Deep Ecology y director del Foro Internacional sobre Globalización) pasa revista de algunas pruebas devastadoras que se están acumulando. He aquí algunas de sus conclusiones: la televisión no amplia nuestro conocimiento, la señal televisiva en sí mantiene un efecto hipnótico-adictivo e inhibe aprendizaje al generar estados de alfa, semejantes a un trance en el cual ningún pensamiento organizado es posible. En cambio, la lectura produce una alta cantidad de actividad cerebral de las ondas beta, porque con el libro debemos interactuar. La televisión reduce la vigilancia, inhibe la acción, crea cinismo sensorial, forma mentes estrechas y esquemáticas, programa nuestro inconsciente con sueños de segunda mano, destruye nuestra apreciación de la complejidad y genera una mentalidad que compra la visión comercial de la vida.

Platón describió la situación de los cautivos en la caverna de la ignorancia, nuestra propia situación es análoga. Como ellos, nos sentamos en una habitación oscura y no vemos más que sombras de imágenes proyectadas sobre la pared. Y tomamos las sombras proyectadas contra la pared (perdona la redundancia). Noche tras noche, dramas triviales y violentos danzan ante nuestros ojos e hipnotizan nuestras mentes. Los fantasmas titilantes se convierten en nuestros amigos. Nuestros mundos psíquicos son habitados por espectros sin carne que pronuncian discursos vacios y atraen nuestra atención. Cada vez más nos apartamos de los demás y nos confiamos en nuestra caverna o casa. La palabra idiota en griego (ιδιωτης, idiotez) designaba a una persona aislada, sin compromiso político.

Quien controla los sueños de un país, tiene poder para configurar su realidad. Los fabricantes de imágenes, de héroes y heroínas, los contadores de historias, los poetas oficiales, definen nuestros deseos e imponen lo que llegamos a amar. Alguna vez tuvimos poetas vivos, trovadores viajeros… Ahora en el mejor de los casos, tenemos culebrones en episodios, aportados por una empresa para la que somos clones de consumidor… Con las imágenes que entrega y no entrega, la televisión da forma a lo que deseamos.

En la edad moderna, gran parte del hastío proviene de los límites artificiales impuestos a la imaginación por nuestra adicción a los medios, especialmente la televisión. Nuestra imaginación ha sido usurpada y colonizada por las grandes empresas que quieren convertirnos en consumidores pasivos. La existencia de la televisión comercial depende de que uno se quede quieto, no haga preguntas, obedezca los mensajes falsos de entusiasmo fingido que las heroínas oficiales nos susurran al oído, y sigamos el consejo de personalidades cínicas que prestan sus nombres para convencernos de los bocaditos de dulzura nos buenos para nosotros, (Bueno, a veces sí, jaja) ¡No es verdad! Tenemos que ser estúpidos o el sistema no funciona. ¡No enciendas el televisor! (A menos que sea una película chida, por ejemplo: Mr. & Mrs. Smith).

Cada vez mayor número de personas consumen televisión en el mundo. Si es verdad que hay mayor número de canales de televisión que hace diez años, también el tiempo de transmisión de cada uno de ellos se ha incrementado notablemente al operar las 24 horas del día. En muchos países el consumo televisivo ocupa el primer lugar entre las opciones de ocio. En América Latina estas dimensiones son importantes ya que ante familias numerosas y escasos recursos, el consumo televisivo representa la forma de entretenimiento de más bajo costo.

P.D: No hagas caso a tu mamá cuando te diga que te pongas a ver T.V, en vez de estar haciendo otra cosa más productiva. Sinceramente te recomiendo más los videojuegos, que la television. Los excesos no son buenos. No te recomiendo los simpson.


Keem Sam: El lenguaje de las emosiones, Paidós Barcelona, 1994.



5 comentarios:

carlos dijo...

Que interesante blog,
y lo que más me sorprende es que hayas leido a Platón!!. Me parece genial.
Y estoy totalmente de acuerdo contigo de lo de la televisión, pienso que esta bien verla, pero solo si no tienes nada mas que hacer, no verla en exceso, y canales que sean educativos. :)

Pixar dijo...

Hi!
Ezta muuuuuy interesante
Pazate x mi blog
bye!
Ando zin tiempo

Tapiocadas dijo...

no vean tele, mejor vallan al cine!!

AnGeLa dijo...

hola... gracias por visitar mi blog... en general este post me llamo la antencion.. es muy buenoo... pero.. recuerda que la television es la NANA de los niños, y como nana ay ke respetarsee y aprender de ella.... y que mas da, si hasta tenemos el CUARTO DE LA TELE... claroo... la tratamos como alguien de la familia que hasta merece su propio cuarto....
saludosss

Anónimo dijo...

Es cierto, lo que escribes (no lo sabré yo que estudio comunicación), me gusta tu blog y tu forma de escribir. Sigamos con los videojuegos, el cine y si hemos de ver tv... que no sea ni televisa ni, tv azteca xD.

Gracias por tus comentarios sobre photoshop :)